Ir a canal FaceBook de CONAMA
Ir a canal Twitter de CONAMA
Ir a canal LinkedIn de CONAMA
Ir a canal YouTube de CONAMA
Ir a suscripción de boletín de Conama

"Ya hay más de 100 colegios en 16 ciudades que piden entornos escolares sin coches"


Entrevistamos en Conama 2020 a Verónica Martínez, portavoz de la Revuelta Escolar en Madrid, sobre como pacificar los entornos escolares en los entornos urbanos.

01/06/2021 - Fundación Conama

Entrar y salir del colegio sin coches. Esta es la petición por la que luchan desde hace meses centenares de familias en España en lo que ya se conoce como ‘revueltas escolares’. El movimiento nació con el objetivo de reducir la contaminación y el tráfico en el acceso a las aulas y la pandemia lo ha propulsado. Hablamos con una de sus portavoces en Madrid, Verónica Martínez, que esta mañana ha participado en la sesión 'Urbanismo y movilidad. Diseñar la ciudad a escala humana: peatón y bicicleta las políticas de movilidad a fomentar', celebrada en Conama 2020.
 
¿Cómo está evolucionando la ‘revuelta escolar’?
 
La revuelta escolar es un movimiento ciudadano que surgió en diciembre de 2020 en Barcelona. Fue impulsado por un grupo de familias y asociaciones vecinales en varios colegios de la ciudad para pedir cortes de tráfico a la salida y entrada del colegio. El objetivo no era más que reclamar una mayor pacificación y seguridad de los entornos escolares, menos contaminación y menos ruido para favorecer la salud de los niños. 
 
Desde entonces no ha dejado de crecer y ya hay más de 100 colegios en 16 ciudades que piden entornos escolares sin coches como Madrid, Valencia, Zaragoza o Lugo. No es solo un movimiento exclusivo aquí, también hay experiencias en Londres y otras ciudades europeas. En nuestro caso, desde Madrid habíamos pedido medidas similares para evitar las aglomeraciones en las entradas de los colegios por la pandemia, pero después decidimos unirnos al movimiento, ya que vimos que tenía muchos más beneficios a largo plazo como la pacificación del espacio para reducir la contaminación.
 
¿Cómo se realizan los cortes de tráfico?
 
En nuestro grupo estamos realizando los cortes de tráfico a la salida del cole un viernes cada dos semanas durante una media hora o una hora y siempre previa notificación a la Delegación de Gobierno. Se hace con las propias familias con pancartas, pintando las calles o colocando otros elementos e intentamos que sean al mismo tiempo para conseguir más visibilidad porque la idea es que se acabe aplicando durante todo el calendario escolar. 
 
Se han diseñado, además, una serie de herramientas y guías para que puedan unirse más colegios, pero de manera ordenada y segura. Es una medida muy sencilla y no se necesitan grandes inversiones. Sería adecuado contar con algún agente de movilidad para controlar los cortes, pero no mucho más. Son cambios temporales, reversibles del espacio urbano, pero que pueden atraer muchos beneficios.
 
¿Han tenido una buena acogida?
 
Los vecinos, salvo contadas excepciones, suelen recibirlo bien porque entienden que las puertas de los colegios son sitios especiales, donde se agrupan los niños y es importante mejorar su salud. En cuanto a los más pequeños, también lo reciben genial, muchas veces nos preguntan si hoy no hay protesta o qué se puede hacer porque también quieren participar. 
 
¿Es aplicable a otros espacios? ¿Cuáles son los próximos pasos?
 
Sí, es trasportable a otros espacios, incluso fuera del ámbito educativo. De hecho, cuando hablamos de entornos escolares nos referimos a un espacio más amplio, no solo a la puerta del cole. Hemos empezado por ahí porque es donde los niños se juntan de manera evidente, pero también se deberían crear caminos escolares seguros. Aunque en nuestro caso se ha impulsado por la pandemia, queremos que la revuelta escolar continúe, se puede exportar a otros espacios vulnerables como centros de mayores o entornos sanitarios donde la accesibilidad también debería estar garantizada.
 
Hay mucho trabajo por hacer e intentaremos implicar a cada vez más personas para que salga adelante. Queremos hacer reflexionar de lo que implica el uso del coche y cambiar de modelo urbano, poniendo el foco en la salud. Las calles pueden recuperarse para todos y que los niños puedan volver a jugar tranquilamente sin tener miedo del tráfico.